Miley no se lo podía creer, había entrado a un restaurante, había pedido, había pagado con su tarjeta de crédito y nadie la reconoció. El punto álgido de la situación fue cuando la persona que la atendía le preguntó su nombre para entregarle el pedido y cuando ella contestó, tampoco supo de quién se trataba.
La puntilla llegó ante el atrevimiento del dependiente, quién no sólo no se enteró de a quién servía, sino que ante el asombro de Miley le espetó “¿Miley Cyrus? Bien por usted”.
Miley Cyrus y el amigo que la acompañó al restaurante salieron con la comida sin poder dar crédito a lo que acababa de suceder.
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